Aprendiendo a ver inocentes a mis hermanos

Hay ocasiones en las que el proceder de otras personas nos produce miedo, rechazo, falta de confianza, incredulidad y le damos el poder de quitarnos la calma, ponemos nuestro estado de ánimo en manos de personas o situaciones de las que no tenemos el control.

Sin importar la situación, la gravedad del tema, la falta o la agresión que percibas tener, lo más importante es regresar a tu centro, darte unos minutos de calma y permitir la guía amorosa de tus Ángeles.

Ellos te hablan a través de tu intuición, de tus sueños, canciones, libros, programas; son muy creativos para dar respuesta a tus preguntas.

Cuando una persona actúa a través del miedo, el odio, el resentimiento, la desesperanza, la envidia o el rechazo; tiene una frecuencia vibratoria muy baja que no podría mezclarse con la frecuencia vibratoria del amor. El amor es la frecuencia más alta, cuando estas ahí no hay cabida al miedo ni a ningún otro sentimiento o pensamiento amenazador.

Si temes, te preocupas, te angustias o enojas, bajarás tu frecuencia vibratoria y eso permitirá que te encuentres con personas y situaciones en la misma frecuencia y abres la puerta a situaciones no deseadas en tu vida.

Por ello, sin importar lo que suceda a tu alrededor, es importante regresar a tu centro y recordar quien eres y de donde vienes; recordar que no estas solo, estas unido a tu Padre y esa unión es lo único real y verdadero. Cuando te fusionas con el amor infinito, nada ni nadie puede alterar tu paz.

Ponte en manos de Dios, entrégale tus preocupaciones, pídele su guía divina y que a través de tus Ángeles y Arcángeles te entregue mensajes claros que puedas entender y seguir. Eso te lleva directo a la paz interior.

+Bertha Trigos

«Nada real puede ser amenazado

Nada irreal existe

En esto radica la paz de Dios»

Un Curso de Milagros

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